El primer orden de la segunda esfera está compuesto por los seres conocidos como Poderes.
Son los portadores de la conciencia de toda la humanidad, los que conservan nuestra historia colectiva.
A esta categoría pertenecen los ángeles del nacimiento y la muerte.
Ellos pueden atraer y retener la energía del plano divino, así como los árboles absorben la energía del sol, de este modo, los Poderes pueden envolvernos a todos en una red de energía espiritual mundial (Ley de atracción por afinidad); así como nuestros diferentes órganos cumplen distintas funciones en nuestro cuerpo, así mismo las diferentes religiones cumplen misiones específicas en el cuerpo espiritual emergente de nuestro planeta.
Los Poderes, están al servicio de los sacerdotes, pastores y ministros.
El demonio huye ante ellos. Aquellos que tienen un ángel de este coro con ellos, son privilegiados de Dios. Este ángel los lleva a conocerse a sí mismos y les proporciona un deseo creciente de perfección; desde entonces, su actividad es bendecida, y si su celo apostólico se debilita, este ángel lo inflama de nuevo. Los capellanes de claustro siempre tienen uno, y los confesores, siempre y cuando se dediquen a conducir y dirigir a las almas hacia el Padre. Es necesario honrar e invocar a los Poderes cuando se sufre de aridez en la oración, cansancio o desgano espiritual, cada vez que se es tentado a ceder a la cólera o la impaciencia. En estos tiempos de duras pruebas para las iglesias, se los recomienda a todos los sacerdotes, pastores y ministros, para que les protejan, los guíen y los inspiren en su misión y en su vida.
El demonio huye ante ellos. Aquellos que tienen un ángel de este coro con ellos, son privilegiados de Dios. Este ángel los lleva a conocerse a sí mismos y les proporciona un deseo creciente de perfección; desde entonces, su actividad es bendecida, y si su celo apostólico se debilita, este ángel lo inflama de nuevo. Los capellanes de claustro siempre tienen uno, y los confesores, siempre y cuando se dediquen a conducir y dirigir a las almas hacia el Padre. Es necesario honrar e invocar a los Poderes cuando se sufre de aridez en la oración, cansancio o desgano espiritual, cada vez que se es tentado a ceder a la cólera o la impaciencia. En estos tiempos de duras pruebas para las iglesias, se los recomienda a todos los sacerdotes, pastores y ministros, para que les protejan, los guíen y los inspiren en su misión y en su vida.
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