Espero, que no te refieras a la energia quimica, del ciclo de Krebs, y la glucolisis, que desdoblan el glucogeno en azucar y el ATP, en energia celular. Aqui, profundizamos mas, en una realidad, de la cual casi nunca se habla, LA ENERGIA HUMANA, la espiritual. Habíamos visto como el hombre era un ser que participaba de la cualidad dual del mundo, con la peculiaridad de ser la criatura en la cual mayor importancia tiene el contenido respecto a la forma. Habíamos visto también como Occidente llegaba a demostrar, a través de la ciencia, que todo, incluso la materia, es energía. Y veíamos la concepción que Oriente ha tenido del hombre como ser de contenido energético, y de la importancia de este contenido en relación al sentido de la vida. Hora es ya de que, con estos prolegómenos, extraídos del sentido común, de la ciencia y de la experimentación oriental, hablemos en profundidad del hombre. Si hasta la materia es energía - y es Einstein el que lo demuestra -, con mucha mayor razón lo será el interior, o "contenido" de esta forma material que es el cuerpo físico. Hablar, por tanto, de un "alma" de energía en el ser humano es hoy ya algo incontrovertible, y no una simple cuestión de fe religiosa, la cual, a estas alturas, para nada cuenta. Tenemos entonces, en el hombre, un cuerpo material y un "contenido" de energía, o alma, como expresión de la dualidad forma/contenido. Pero si la materia es también energía, siendo lo más denso, todo en el hombre es energía. Consecuencias: 1 - La concepción del hombre no puede ser dualista, como hecha de opuestos enfrentados, al estilo de las religiones cristianas, sino que debe de ser entendida como algo unitario y global. Es decir, el hombre no puede ser entendido desde la mentalidad especializada y fraccionada con que le trata la medicina convencional, sino desde el punto de partida de ser una entidad unitaria entendible sólo desde la globalidad y desde la energía. 2 - Como, en cualquier caso, el cuerpo del hombre es diferente a su interior anímico hay que concluir que se trata de energías diferentes. El hombre es, por tanto, un compuesto de energías diversas que se compenetran unas a otras reaccionando entre sí. De este modo, las causas en una cualquiera de estas energías producen efectos concretos en las restantes energías. Y también, una energía cualquiera no puede ser considerada de forma aislada, como si nada actuara sobre ella y como si no ejerciera efectos sobre el resto.
Espero, que no te refieras a la energia quimica, del ciclo de Krebs, y la glucolisis, que desdoblan el glucogeno en azucar y el ATP, en energia celular. Aqui, profundizamos mas, en una realidad, de la cual casi nunca se habla, LA ENERGIA HUMANA, la espiritual. Habíamos visto como el hombre era un ser que participaba de la cualidad dual del mundo, con la peculiaridad de ser la criatura en la cual mayor importancia tiene el contenido respecto a la forma. Habíamos visto también como Occidente llegaba a demostrar, a través de la ciencia, que todo, incluso la materia, es energía. Y veíamos la concepción que Oriente ha tenido del hombre como ser de contenido energético, y de la importancia de este contenido en relación al sentido de la vida. Hora es ya de que, con estos prolegómenos, extraídos del sentido común, de la ciencia y de la experimentación oriental, hablemos en profundidad del hombre. Si hasta la materia es energía - y es Einstein el que lo demuestra -, con mucha mayor razón lo será el interior, o "contenido" de esta forma material que es el cuerpo físico. Hablar, por tanto, de un "alma" de energía en el ser humano es hoy ya algo incontrovertible, y no una simple cuestión de fe religiosa, la cual, a estas alturas, para nada cuenta. Tenemos entonces, en el hombre, un cuerpo material y un "contenido" de energía, o alma, como expresión de la dualidad forma/contenido. Pero si la materia es también energía, siendo lo más denso, todo en el hombre es energía. Consecuencias: 1 - La concepción del hombre no puede ser dualista, como hecha de opuestos enfrentados, al estilo de las religiones cristianas, sino que debe de ser entendida como algo unitario y global. Es decir, el hombre no puede ser entendido desde la mentalidad especializada y fraccionada con que le trata la medicina convencional, sino desde el punto de partida de ser una entidad unitaria entendible sólo desde la globalidad y desde la energía. 2 - Como, en cualquier caso, el cuerpo del hombre es diferente a su interior anímico hay que concluir que se trata de energías diferentes. El hombre es, por tanto, un compuesto de energías diversas que se compenetran unas a otras reaccionando entre sí. De este modo, las causas en una cualquiera de estas energías producen efectos concretos en las restantes energías. Y también, una energía cualquiera no puede ser considerada de forma aislada, como si nada actuara sobre ella y como si no ejerciera efectos sobre el resto.
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